Impulsamos la vida digna

El escenario del pueblo panameño es de desesperación, el precio de los bienes y servicios, sobre todo alimentos, medicamentos, energía, combustible siguen al alza. La respuesta del Gobierno “precios de los productos difícilmente bajarán” y “apenas hablamos que la comida subió un centavo todo el mundo llora” (Augusto Valderrama, ministro del MIDA). Sin dudas que es un centavo para el ministro, para miles de panameños un centavo representa la probabilidad o no de llevarse un bocado en el día. Recordamos que el Gobierno no quiso hacer efectivos los acuerdos de la Mesa Única de Penonomé, pues sus intereses están con los grupos oligopólicos que controlan el mercado.

Mediáticamente se hace gala de 10 candidatos a la Presidencia de la República, cuando en realidad existen dos proyectos, el que aúpa la partidocracia, seudoindependientes y el poder económico, modelo que mantiene a un 20 % de los panameños en pobreza, a un millón de panameños mal nutridos, 60 de cada 100 ocupados en informalidad laboral y bajos salarios, 44 de cada 100 pensionados en pobreza, que se llevan 20 % del gasto social en corrupción, son los que han destruido el agro y la naturaleza, son quienes han desmantelado el derecho a la salud, educación, vivienda. Seguridad social y acceso al agua potable. Todos han sido Gobierno o han estado en estructuras de decisión, avalando el proyecto neoliberal que nos mantiene en el sexto lugar con peor inequidad y distribución de la riqueza a nivel mundial.

El otro proyecto, el que propugna por la vida digna, que toma el quehacer social desde los seres humanos en relación armónica con la naturaleza, el que está planteando alimentos sanos a precios justos, lo que lleva a la necesaria coordinación entre consumidores y productores, por ende impulsa a los sectores productivos (agro, industria, agroindustria, es decir, producción de alimentos y transformación de insumos); el que promueve la educación, salud y seguridad social como derecho, con carácter público. Una propuesta que impulsa la democracia participativa, la participación directa en la toma de decisiones de todo proyecto estratégico nacional. Quien impulsa esta propuesta es la profesora Maribel Gordón, en representación de diversos sectores sociales, gremiales, sindicales, profesionales, productores, microempresarios, jóvenes, mujeres, campesinos, originarios, afrodescendientes, pobladores. Una propuesta que se opone a la degradación ambiental, que rechaza a la minería a cielo abierto y el leonino e inconstitucional contrato con Minera Panamá. Ella ha estado en todas las jornadas de lucha del pueblo panameño y es la única que ha presentado su propuesta de gobierno.

En el escenario electoral, lo único claro es que los únicos candidatos que irán hasta el final es la propuesta que encabeza Maribel Gordón y Richard Morales, porque su interés no es como los otros, traficar ni negociar los votos obtenidos en primarias o congresos, ni las firmas reunidas, para obtener un pedazo del pastel del futuro Gobierno.

El torneo electoral debe constituirse en un escenario del debate de ideas y propuestas, de respuestas a las demandas sociales y nacionales. Sin embargo, quienes apuestan al clientelismo y chequeras, que dicho sea de paso mucho de ello financiado con nuestros impuestos o con un financiamiento privado que luego conduce al Gobierno a velar e imponer los intereses de sus donantes, inician una matriz con sus “call centers” y algunos medios de comunicación social centrada en su enfoque ideológico de satanización a los pobres y a las propuestas antineoliberales, a centrar sus interrogatorios sobre la izquierda y no sobre los problemas del pueblo humilde y trabajador.

En este torneo electoral enfrentaremos una vez más a los partidos tradicionales y seudoindependientes, que basan su accionar en el clientelismo, controlados por pequeños grupos elitistas y cúpulas oligarquizadas con claros intereses económicos y financieros, alejados de un proyecto de desarrollo nacional incluyente que se plantee como objetivo fundamental la transformación de la sociedad, que elimine las condiciones de vida deplorables que afectan a una gran parte de la sociedad panameña.

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