Un 10 de septiembre de 1972, domingo en la mañana, varias decenas de obreros de la construcción se reunieron en la Sala Francesa, en una casa de dos pisos que todavía existe en Calidonia, Calle N, y allí decidieron fundar el Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Similares (SUNTRACS).

Hipólito Alvarado y Jose Rayo encabezaron esa Asamblea General donde nace la organización que llega a convertirse en la agrupación sindical más grande y combativa de Panamá.

Recordemos que esto ocurrió en un país regido por una burguesía parasitaria que acumula las riquezas económicas condenando a la pobreza a las grandes mayorías, el capitalismo ya había impuesto al país un estilo de economía que se centraba en el transitismo y en los servicios, por eso se descuidó el agro y la industria.

La organización SUNTRACS y de otros sectores, respondió fundamentalmente a las difíciles condiciones de trabajo y explotación que se vivían. Ser obrero de la construcción en esa época era prácticamente referirse al último escalafón laboral.

Desde nuestros inicios la lucha no ha sido fácil y es así como finalmente, luego de una huelga en 1973, se logra que se nos otorgue nuestra personería jurídica y en 1974 consiguió Negociar la primera Convención Colectiva con la patronal de la Cámara Panameña de la Construcción (CAPAC) que garantizaría salario, seguro social y otras prestaciones antes soñadas.

Determinadas tendencias proletarias e ideas revolucionarias que se fortalecían en el mundo comenzaban a influir en la conciencia de algunos dirigentes. Fíjense que el 25 de octubre, día de la revolución bolchevique, conforme al viejo calendario ruso, es elegido como Día del Obrero de la Construcción, por los obreros latinoamericanos reunidos en un encuentro en Perú en el año 70.

Por esos años el país se sumerge en una profunda crisis económica, y política y se agudiza la confrontación entre las fracciones burguesas, unas representadas en el oficialismo y las otras en la llamada Cruzada Civilista a la que también se unieron gremios y un sector del PRD que antes apoyó a los militares.

En busca del control de la organización sindical, los militares apoyan a un grupo de traidores en el seno de SUNTRACS de los sectores beligerantes, fieles a los intereses de la clase obrera, los traidores desplazan la dirigencia legítima encabezada por Genaro López.

Con el Ministerio de Trabajo imponen a una dirigencia venal (1986-1990 febrero) que pacta con los empresarios reducción de salarios y desmejoran las conquistas alcanzadas hasta ese momento.

En medio de un país ocupado, Genaro López y otros reconocidos dirigentes que habían creado el Movimiento Democratizador del SUNTRACS (MODES) y participado de esfuerzos unitarios con otros sectores populares como la Jornada Nacionalista y Democrática (JND), no cesan en sus esfuerzos por rescatar la organización que habían sumido en ruinas los elementos traidores. Se impulsa desde entonces la Corriente Sindical Clasista.

No fue fácil ganarse la confianza y el apoyo de los trabajadores defraudados por el papel que había jugado la dirigencia plegada a los cuarteles. Pero gracias a la tenacidad de algunos de los fundadores del SUNTRACS (Hipólito Alvarado, Estanislao Lan, Hildebrando Vargas, Nicolas Juárez y otros) a los que se suman en 1990 compañeros jóvenes como Marco Andrade y Saul Méndez, hoy su secretario general, la organización se levanta cual ave fénix de sus cenizas.

Fueron años dedicados a la reorganización, pero también de luchas para enfrentar las nuevas medidas antipopulares. Continuamos luchando por alcanzar mejores condiciones laborales y de vida para el obrero de la construcción, entendiendo que nuestros agremiados no viven dentro de los proyectos, sino en comunidades donde se enfrentan día a día a los desmanes de la política económica aplicada por los distintos gobiernos neoliberales que han gobernado Panamá. 

SIN LUCHAS NO HAY VICTORIAS

LA PELEA ES PELEANDO