El neoyorquino y el torturador

El lunes IO de julio, el reconocido opinólogo neoyorquino Rubén Blades dirigió otro de sus trasnochados artículos a Saúl Méndez por las respuestas que diera el dirigente del SUNTRACS y FRENADESO, en una entrevista al diario La Estrella de Panamá, a las constantes menciones del macaraquero contra su persona.

Aparece cada 5 años

Ya es sabido que, cada cinco años, el neoyorquino, totalmente desconectado de la realidad de Panamá y de las acuciantes necesidades del pueblo, mete sus narices en las elecciones panameñas, se pone su disfraz de politólogo y, con su acostumbrada arrogancia, lanza ataques a diestra y siniestra como si fuera la gran autoridad en la materia y estuviera por encima de todo el mundo, tratando de influir en las candidaturas, alianzas y resultados de los comicios. Eso sí, en sintonía plena con la embajada gringa, la del asno del Partido Demócrata y del elefante del Republicano, y los grandes medios de comunicación, cuyos propietarios gustosamente le brindan espacio.

En el fondo, los escritos del neoyorquino, obedecen a la preocupación de la élite económica por la aceptación que viene recibiendo la precandidatura presidencial de libre postulación de Maribel Gordón. La derecha local e internacional, incluido Blades, se rascan la cabeza intentando explicarse este fenómeno político. Ese lunes, el pueblo mismo le dio su respuesta a estos odiadores viscerales cuando Maribel Gordón, a 20 días de culminar la campaña de recolección de firmas, alcanzó las 150 000 firmas, es decir, la misma cantidad de personas que participaron en las primarias clientelistas del pasado domingo del segundo partido tradicional con más adherentes del país, Cambio Democrático.

Blades, que suele apuntar con su dedo a todos los que, según él, son corruptos, salvo a su círculo íntimo de amigos del Club Unión, parece que cree que los panameños, a los que en el fondo desprecia por su fracasada carrera política, olvidan su paso por uno de los Gobiernos más corruptos, el del Martín Torrijos, del PRD, el del pacto MAMI que impuso a espaldas del pueblo reformas constitucionales, el que tenía como antecesor el escándalo del CEMIS, el del Cerro de Corrupción, el del “entran limpios y salen millonarios” que ayudó a Martinelli a llegar a la Presidencia, el que introdujo a Odebrecht en Panamá, el de la cinta coimera, el del proyecto de riego Remigio Rojas y la autopista Panamá-Colón (este último fue el proyecto por el cual Odebrecht pagó más coimas entre todos los que desarrolló en el continente), el gobierno asesino de cuatro obreros del SUNTRACS y perseguidor de dirigentes sindicales, el de la remilitarización del país, el del peculado con el dinero del Fondo de Equidad y Calidad de la Educación (FECE), el del robo en el MIVI, el que defendió el proyecto del ALCA y los TLC en contra del movimiento de los pueblos latinoamericanos, el gobierno prominero que le concedió a Richard Fifer la explotación de la mina de oro de Molejón (un atraco a la nación causante de fuente de contaminación ambiental en el área), el de la estafa Banistmo, el del envenenamiento masivo con dietilenglicol, el de la tragedia de autobús de La Cresta, el gobierno donde se robaron hasta el monumento de los juegos de antaño.

En ese gobierno del PRD, Rubén Blades estuvo a cargo del Instituto Panameño de Turismo y posteriormente de la Autoridad Nacional de Turismo, participando, sin ser ministro, de los Consejos de Gabinete que se realizaban. Así puso en venta al mejor postor —especialmente a sus amigos hollywoodenses— nuestras costas, islas y playas, pese a la oposición de los ambientalistas y gracias a un proyecto de ley que fue presentado en 2005 por el director nacional de Catastro y después ministro del MOP, el enlace de Martín Torrijos con Odebrecht, el tristemente célebre.

Benjamín Colamarco, hoy secretario de Seguimiento a la Ejecución y Cumplimiento del Ministerio de la Presidencia. En las postrimerías de ese Gobierno, en abril de 2009, dicha ley fue modificada para flexibilizar aún más la venta del territorio insular y las zonas costeras por iniciativa de varios diputados, entre ellos, Freidi Torres, Olivares Frías, Dalia Bernal, Carlos Afú, Rubén De León y Javier Tejeira.

En ese abril de 2006 se realizó el acto cultural de clausura del segundo Congreso Mesoamericano de Áreas Protegidas celebrado en Panamá y Blades tuvo el cinismo de hacerse presente. Un activista ambiental le gritó al autor de “Patria”: “Rubén Blades hipócrita, enemigo de la naturaleza, estás vendiendo el país, sus costas y playas”. Ya antes Blades revelaba a Notimex que durante los últimos IO meses de gobierno haría un último intento para lograr convencer a los indígenas kunas de impulsar proyectos turísticos en el paradisíaco territorio que ocupan. No logró su propósito. Buscaba entregar las 365 islas del archipiélago para convertirlas en zonas VIP, exclusivas, para las transnacionales hoteleras y del turismo, sin importar las implicaciones ambientales que este negociado acarrearía. Era la venta abierta de Panamá. En la comarca kuna está prohibida la venta de tierras, incluso a los panameños, porque es propiedad colectiva, de toda la comunidad.

¿Con qué moral hablas, Rubén?

Este “sabelotodo” y “falta de respeto” —como alguna vez lo señaló el célebre cantautor cubano Pablo Milanés— que hizo fortuna con canciones de contenido social para después abandonar a América Latina por Hollywood, desconoce lo que pasó en la Mesa Única de Penonomé y acusa a Saúl de oportunista, ignorando por completo los aportes del dirigente sindical y del equipo técnico de FRENADESO, en el que se encontraban Maribel Gordón y William Hughes, y del resto de los representantes de las alianzas populares que lograron conquistar ese espacio, no solo por lo ocurrido en julio hace un año, sino por las movilizaciones populares que se dieron previamente. Es innegable que el neoyorquino no siguió ni un instante los fuertes debates que allí se dieron, como sí Io hicieron miles de panameños, que vieron cómo se cuestionaba el modelo económico neoliberal que la Conferencia Episcopal Panameña criticó en su último comunicado, así como a los oligopolios, a los monopolios, a la mafia farmacéutica y empresarial, la corrupción, etc., que se dieron también en el gobierno en el que Blades participó. Es innegable que el neoyorquino no leyó ni uno solo de los documentos ni de las propuestas presentados por FRENADESO en la Mesa Única. Lástima, él prefiere los memes.

El neoyorquino ni siquiera es capaz de valorar el hecho de que por primera vez en décadas los sectores populares lograron inscribir, no una, sino dos veces, y lo harán por tercera vez, el Frente Amplio por la Democracia (FAD), cosa que él no logró con su desaparecido partido político a pesar del apoyo de millonarios del Club Unión y de Hollywood. El FAD tuvo que desafiar reglas antidemocráticas y desiguales que, además, la partidocracia endureció para que no pudiera inscribirse antes de 2024, el clientelismo rapaz de los partidos tradicionales que Blades apoya el monopolio mediático y la corrupción. Y, por último, el fraude, como quedó demostrado en la denuncia sin respuesta que, con pruebas irrefutables, se presentó en 2019 en la Fiscalía Electoral. Es la firme voluntad de las organizaciones sociales construir desde abajo una fuerza y organización electoral y brindarle al pueblo una opción distinta, muy al contrario de lo que hizo el neoyorquino, que tomó vuelo a New York, abandonó su partido, a sus copartidarios y su bancada en la Asamblea para entregarlos finalmente al PRD.

Confunde la organización de un sindicato y sus luchas reivindicativas con la organización y participación electoral. En ese sentido, es un analista menos que mediocre, que desconoce la vigencia política de Saúl y de las organizaciones de las que forma parte, más allá de las elecciones y el papel del SUNTRACS en el devenir del movimiento obrero, la organización más grande de su tipo no solo en Panamá, sino también en la región, con una amplia y combativa trayectoria de luchas escrita con sacrificios y sangre, con gran capacidad de negociación, que ha dignificado al obrero de la construcción y logrado importantes conquistas, entre ellas, salarios y condiciones laborales que envidian otras profesiones.

Blades se suma a campaña de odio y resentimiento

En el fondo, satanizando al SUNTRACS con la desgastada campaña de odio y calumnias del poder económico, Blades busca atacar y descalificar la precandidatura esperanzadora de Maribel Gordón. No lo logrará. La derecha está confundida por el vertiginoso ascenso de la profesora y utilizará a Blades y a otros en su campaña sucia contra ella, ya sea de manera disimulada o abierta.

Por eso, no es casual que el escrito de Blades aparezca en el mismo momento en que el torturador, ex mayor, exjefe del G-2 de las Fuerzas de Defensa y exjefe de seguridad en el proyecto minero de Petaquilla, destila su odio contra la precandidatura de Maribel Gordón en un artículo publicado en un medio local bajo el título “Poder oculto de los rojos en Panamá”. Hablamos de Felipe Camargo, el mismo personaje que aparece en el informe de la Comisión de la Verdad como responsable de delitos contra la libertad individual, por lo que fue condenado, e implicado en el asesinato de quién sabe cuántos panameños.

A propósito, en el gabinete donde Blades participó como responsable de la Autoridad de Turismo, rodeado de excolaboradores de la dictadura militar, nunca preguntó: “¿Adónde fueron los desaparecidos?”

Panamá, 11 de julio de 2023

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