A un año de la Mesa Única de Diálogo de Penonomé

Nos acercamos a un año de las protestas de julio 2022, donde la población se volcó a las calles para exigir al Gobierno de Laurentino Cortizo que se disminuyeran los precios de los alimentos, medicamentos, energía eléctrica y el combustible, igualmente para que se cumpla la Ley que establece un 6 % del producto interno bruto a la educación, mal manejo de los fondos públicos (corrupción).

La gesta histórica, que constituye todo un hito en el país, y un accionar importante del accionar del movimiento social panameño. Un pueblo en las calles, hastiado de la desatención de los problemas sociales, un pueblo que vio durante la pandemia cómo se profundizaba el deterioro de sus condiciones de vida ante las medidas adoptadas por el Gobierno, como fue la suspensión de contrato y salario, mientras se favoreció el sector financiero-bancario. Por su lado, los diputados hacen gala de derroche y burla al pueblo humilde y trabajador, festejaron el 1 de julio 2022, después de que se inaugurara el cuarto periodo de sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional, con Macallan (botellas de marca de licor de la mejor calidad y alto precio).

La respuesta del Gobierno, la represión brutal, el encarcelamiento de dirigentes y manifestantes. Y los intentos de dividir la lucha. Es el pueblo en las calles el que obliga al Gobierno a sentarse en una sola mesa de diálogo (Mesa Única de Penonomé). Por primera vez, el pueblo establece las condiciones del diálogo y exige que el mismo fuera de caras al pueblo (transmitida por televisión, en directo).

La Mesa Única de Diálogo que sesiona en Penonomé ha sido por sí sola una conquista de la lucha del pueblo en las calles. Es fruto del sacrificio y del esfuerzo de amplios sectores (educadores, pueblo ngäbe, comunidades en resistencia, obreros de la construcción, trabajadores y profesionales en general). En medio de tantas dificultes y desgaste, fue abierto un debate que siguió con interés la ciudadanía.

Fue exhibido el carácter inhumano de un modelo económico que viene empobreciendo al pueblo. Se puso en claro que existe una mafia farmacéutica, oligopolio en los medicamentos y combustible, especulación de precios en la comida, que generan ganancias extraordinarias al poder económico.

En un desprecio a los acuerdos de la Mesa Única, que logró el precio del combustible en 3.25 el galón, rebaja y congelamiento de los precios de 72 artículos de primera necesidad, disminución del precio de medicamentos, 6 % para la educación, que planteó la rebaja del precio de la tarifa eléctrica, acordó una nueva mesa de diálogo realmente representativa para el tema de la CSS y una Comisión Anticorrupción sobre los casos que han sangrado el erario, el Gobierno, en combinación con sus patrones, pateó la mesa en su segunda fase de discusión, postergando así las soluciones pertinentes a las grandes necesidades del pueblo.

Rehuyeron la discusión de fondo, los cambios estructurales y el cambio del modelo económico y de “desarrollo” neoliberal, que nos ha convertido en uno de los países con mayor desigualdad en el planeta y del que se aprovechan unos 115 ultramillonarios, las grandes corporaciones y el capital financiero. Esta alianza de empresarios y funcionarios corruptos, que ignoran los acuerdos de la Mesa Única de Penonomé, demuestra así que lo único que les interesa es mantener los oligopolios, monopolios, la mafia farmacéutica, sus privilegios como casta y los impresionantes márgenes de ganancia que obtienen a merced del pueblo panameño.

Corresponderá al pueblo atender el llamado de la Alianza Pueblo Unido por la Vida para defender en las calles los acuerdos alcanzados y abrir los espacios que permitan lograr los consensos en soluciones reales al pueblo trabajador.

Hoy, el pueblo sigue en las calles por vivienda digna, acceso al agua potable, empleo y salario digno, contra el alto costo de la vida y en rechazo al inconstitucional y leonino contrato minero que atenta contra el ambiente, la salud y vida digna de la población.

Conusi-Frenadeso.

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