El alto costo de la vida, el desempleo y la seguridad social son problemas que no son nuevos, pero cada vez presentan niveles alarmantes que comprometen la vida digna
Sin lugar a duda, entre los problemas que más preocupan al pueblo panameño se encuentra el alto costo de la vida, el desempleo, la seguridad social, problemas que no son nuevos, pero cada vez presentan niveles alarmantes que comprometen la vida digna.
El nivel de precios de los alimentos, otros bienes y servicios básicos es creciente, generando una merma en el poder de compra de la población. Según el último informe del MEF (diciembre 2022), la canasta básica de alimentos en el área de Panamá y San Miguelito es de B/. 342.02 mensuales para una familia de 3.5 miembros. Costo considerado alto, si tomamos en cuenta que el 60% de la población activa son familias que reciben ingresos menores de mil dólares, lo cual son ingresos considerados como ingresos promedios bajos para cubrir el costo de los alimentos e incorporar los otros gastos necesarios (servicios básicos, salud, educación, vivienda, etc.).
Por lo que proyecta el gobierno y organismos internacionales, la economía en el 2023 mostrará signos de crecimiento, pero con los mismos vicios, concentrada en pocas actividades, regiones y manos, con poca generación de empleo. Se trata de crecimiento sin desarrollo (bienestar humano), como dijera la CEPAL.
En materia laboral la tasa de desocupación es del 9.9%, cifra superior a la observada en el 2019 (7.1%), la inestabilidad laboral es creciente (contratos por tiempo definido u obra determinada), y 6 de cada 10 trabajadores están en informalidad laboral. Los niveles de remuneración (salarios) es bajo si se le compara con el exorbitante costo de vida (22.6% de pérdida de poder adquisitivo de los salarios). Estamos hablando de la profundización de condiciones laborales precarias.
Los datos oficiales del 2022 muestran un proceso de recuperación de la economía (crecimiento del PIB), siendo uno de los más significativos de la región latinoamericana. Esta llamada “recuperación económica”, que ya alcanzó el ritmo de antes de la pandemia, contrasta con la recuperación y generación de fuentes de empleo, que se mantiene por debajo de los índices registrados ante de la pandemia, que demuestra dónde el gobierno de Cortizo-PRD, puso el énfasis en sus políticas públicas de recuperación económica. Es decir, se trata de crecimiento sin empleo, parafraseando lo expresado por la CEPAL.
Por su parte, la seguridad social también preocupa al pueblo panameño. La seguridad social como parte de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales establece que “Toda persona tiene derecho a la seguridad social que le proteja contra las consecuencias de la desocupación, de la vejez y de la incapacidad que, proveniente de cualquier otra causa ajena a su voluntad, la imposibilite física o mentalmente para obtener los medios de subsistencia”. Bajo el neoliberalismo esta concepción de derecho se ha ido desmontando para favorecer el concepto de mercancía y ganancia en la seguridad social.
La base de la seguridad social se corresponde con los condicionantes que hacen la vida saludable, en ellos la generación de empleos dignos y salarios justos, aspectos que en el conjunto social están siendo reducidos ante la prevalencia del mercado. El alejamiento de la política de seguridad social del mundo del trabajo (poco crecimiento del empleo formal y bajos salarios), ha profundizado el problema, en la medida que la política económica neoliberal ha tomado la seguridad social como uno de los derechos humanos a desmantelar.
Si a ello sumamos que la Caja también ha sido asaltada por gobiernos y empresarios (corrupción), nos damos cuenta de que la solución a este problema debe necesariamente pasar por atender las causas estructurales que lo condicionan.
Ante ello, hoy más que nunca, la lucha del pueblo humilde y trabajador que enfrenta el alto costo de vida, el desempleo, la informalidad y bajos salarios, donde se nos quiere arrebatar el derecho a la seguridad social, sigue estando en organizarnos, construir unidad y levantar nuestra propuesta del plan para la vida digna.