El pasado jueves 10 de abril, la Embajada de Estados Unidos en Panamá tenía programado un concierto en el Parque Andrés Bello, a cargo de la Marine Corps Forces Reserve Band, una agrupación musical perteneciente a las fuerzas armadas estadounidenses. La actividad fue presentada públicamente como un acto cultural, con música en vivo de jazz, pop y rock.
Sin embargo, esta iniciativa generó un rechazo inmediato por parte de organizaciones sociales, colectivos comunitarios y residentes del área, quienes denunciaron la verdadera intención del evento: normalizar la presencia militar extranjera y lavar la imagen de instituciones responsables de intervenciones e invasiones en distintas partes del mundo, incluyendo Panamá.
Ante la presión ciudadana, la Embajada canceló el evento, alegando “respeto y consideración a la comunidad de Bella Vista”. Esta decisión fue una victoria del pueblo organizado y una muestra clara de que la memoria histórica sigue viva.
Panamá ha sido escenario de múltiples episodios marcados por la intervención de fuerzas estadounidenses:
1856 – La Tajada de Sandía: Un conflicto aparentemente menor entre un ciudadano panameño y un estadounidense desembocó en una masacre con intervención armada de Estados Unidos.
1964 – 9 de Enero: Estudiantes panameños murieron en manos de tropas estadounidenses mientras exigían soberanía sobre la Zona del Canal.
1989 – Invasión de Panamá: Una acción militar que dejó cientos, e incluso miles de muertos, según denuncias de organizaciones sociales, además de un país traumatizado por la violencia y la impunidad.
Frente a esta historia, la presencia de una banda militar estadounidense en un parque público no puede ser interpretada como un simple intercambio cultural. Se trata de una estrategia de legitimación simbólica que atenta contra la memoria, la soberanía y la dignidad del pueblo panameño.
Desde organizaciones como SUNTRACS, reafirmamos nuestro compromiso con la defensa de la soberanía nacional y denunciamos cualquier intento de militarización encubierta.
Los espacios públicos deben estar al servicio de la cultura popular, la memoria y la vida, no de la propaganda militar.
¡La dignidad no se negocia!
¡Panamá es soberano!