Legendaria y emblemática figura del Cholo Victoriano

“Reivindicamos la vigencia y el legado de las luchas del Cholo Victoriano Lorenzo, quien supo mantenerse leal a sus principios y a su causa hasta el último aliento de su vida”

Victoriano Lorenzo, nacido en 1867, en la provincia de Coclé, destaca por su participación en la Guerra de los Mil Días (1899-1902), donde tuvo una fuerte influencia en el istmo de Panamá, luchando contra las injusticias que cometían las autoridades conservadoras en contra de los istmeños y por ello se le considera caudillo y héroe nacional.

Victoriano combatió los abusos de las autoridades (Partido Conservador), quienes, cobrando impuestos absurdos, controlando la compra y traslado de la sal hacia las comunidades campesinas, reprimiendo al pueblo y discriminando a la cholada, la mantenían sometida. Victoriano decide unirse a las huestes del liberalismo popular para enfrentar la opresión que vivía la cholada por parte de los conservadores. Se mantiene al lado de los liberales, con quienes combatió hasta el fin de la guerra. Luego de pactada y firmada la paz el 21 de noviembre de 1902 en el buque de guerra norteamericano USS Wisconsin, que puso fin a la denominada Guerra de Los Mil Días (1899-1902), el Cholo Victoriano fue traicionado por lo pactado entre los liberales, conservadores y el imperialismo norteamericano. Pasando a convertirse en víctima de esa clase dominante emergente (liberal-conservadora) en nuestro país, que dio paso al surgimiento de la oligarquía panameña, la cual, para ser dueña de un nuevo Estado y de acceder a sus negocios, cedió parte de la soberanía territorial a los norteamericanos, entregándoles una franja de suelo panameño para que construyeran un canal interoceánico.

A pocos meses de la separación de Panamá de Colombia, el 15 de mayo de 1903, el caudillo de origen coclesano y figura icónica de la rebeldía nacional, Victoriano Lorenzo, fue fusilado en la llamada plaza de Chiriquí, a unos metros de la actual plaza de Francia.

Este dantesco escenario no cambia, gobernantes, partidocracia y seudoindependientes, siguen abanicando los intereses de los sectores empresariales en detrimento de las condicionantes que hacen la vida digna.

Ante ello, hoy, más que nunca, su grito de guerra, “La Pelea es Peleando”, es sinónimo de la lucha del pueblo humilde y trabajador que enfrenta el alto costo de vida, el desempleo, la informalidad y bajos salarios, el problema de falta de agua potable; que lucha contra los procesos privatizadores de la salud, educación y seguridad social; y que rechaza que en la tierra del Cholo y en todo el país se imponga el ilegal y leonino contrato minero, que se opone a los proyectos depredadores del ambiente, la naturaleza y nuestros ecosistemas.

Panamá, un país profundamente inequitativo, a pesar del crecimiento económico, donde se incrementa la pobreza, que viven con mayor tenacidad nuestros campesinos y pueblos originarios, condición esta que va de la mano de la aplicación de las medidas de políticas neoliberales, impuestas a sangre y fuego por los diferentes Gobiernos, que convierten nuestros derechos en mercancías, las cuales solo podrán ser adquiridas si tenemos con que comprarlas.

La lucha social del pueblo panameño no es nueva, desde Urracá, Bayano y Victoriano Lorenzo, hemos emprendido el camino por la libertad, la soberanía y la justicia social.

Al cumplirse 120 años de un juicio amañado y sumario que lo llevó al paredón, en las postrimerías de la Guerra de los Mil Días, seguimos luchando por la libertad y la equidad social. Hoy, más que nunca, conscientes de que sin luchas no hay victorias, que la pelea es peleando, tal como planteara el Cholo Guerrillero Victoriano Lorenzo.

Reivindicamos la vigencia y el legado de las luchas del Cholo Victoriano Lorenzo, quien supo mantenerse leal a sus principios y a su causa hasta el último aliento de su vida. Para el movimiento social panameño la unidad de pensamiento y acción por la emancipación de los pobres y la construcción de la organización, para lograr ese objetivo, continúa siendo una tarea de primer orden.

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