Los responsables del problema es esa clase empresarial que ha configurado históricamente una estructura que le permite concentrar la riqueza del país en los mismos 115 ultras millonarios, que lo han hecho acompañados de los gobiernos y su partidocracia
Los problemas siguen. Un modelo económico que atropella al pueblo humilde y trabajador, que hace recaer la crisis y los desmanes de la corrupción en los trabajadores.
Esta semana se dio a conocer que la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entregó el informe de análisis financiero y actuarial de la CSS. En reunión del movimiento obrero con representantes de la OIT, advertimos de la inconsistencia de la información estadística, financiera y actuarial de la Caja; de la necesidad del abordaje integral del problema (condiciones estructurales del modelo de crecimiento económico y de la estructura del empleo en ele país); de los abusos y atracos contra la institución); y de la recurrencia de lo paramétrico que no resuelve el problema, pero si profundiza la inequidad social en el país.
Insistir en medidas paramétricas, como el incremento de la edad de jubilación, so pretexto que la esperanza de vida ha aumentado (“de 10 años a 25 años más después de la jubilación”), es negar el derecho al descanso una vez entregada la llamada vida productiva, es decir, es imponer la filosofía que denunciamos en el 2005 “del trabajo a la tumba”; es desconocer el nivel de informalidad e inestabilidad laboral que impera en el país, donde a más años laborales se incrementa el riesgo de no jubilarse ante las dificultades para cumplir el requisito de las cuotas. Pero además la medición de la “expectativa de vida” esconde las inequidades sociales, la expectativa de vida de ese 44% de los pensionados que vive en pobreza es mucho más baja. Pero insistimos, defenderemos el derecho a la Vida Digna del pueblo humilde y trabajador.
Como se ve, el cacareado “ajustarse los cinturones” una vez más se quiere hacer recaer sobre los trabajadores. ¿Por qué no se atienden las causas del problema? 80 años de saqueo contra la institución, condonación de la deuda con la Caja a los empresarios en 1990, deuda patronal de casi 300 millones de dólares (se descuenta la cuota a los trabajadores, pero no se lleva a la institución), cierre de ingresos (nuevos cotizantes) al programa de IVM en su sistema solidario desde 2008 (Ley 51 de 2005: “Ley de la Muerte”), CSS aval de la deuda, entre otras. En lo estructural, un modelo de crecimiento económico que no genera empleo digno y salario justo; una estructura de mercado laboral cada vez centrado en la informalidad laboral (57% de los trabajadores).
Los responsables del problema es esa clase empresarial que ha configurado históricamente una estructura que le permite concentrar la riqueza del país en los mismos 115 ultras millonarios, que lo han hecho acompañados de los gobiernos y su partidocracia. Una estructura de acumulación de riqueza vía la sobre explotación de la fuerza de trabajo y de políticas públicas antipopulares que quitan al pobre para dar al rico. Un empresariado sin compromiso con el desarrollo nacional y social.
Hablar de paramétricas implica reconocer que el crecimiento económico será gestado sobre empleo precario, que mantendrá o profundizará la desigual distribución de la riqueza en el país, hoy en el segundo puesto en América Latina.
El Papa Francisco planteaba, en el 2019, cuatro principios que deben guiar la sociedad: bien común, dignidad, solidaridad y subsidiaridad. Estos principios, señala, “son válidos porque son razonables”. La economía para la muerte, la que nos impone el neoliberalismo y el poder económico y sus gobiernos, qué apartados están de ellos, en la medida que su norte, es la ganancia extraordinaria para un grupo reducido de la población.
Si queremos vivir humanamente, no tenemos más alternativa que combatir la incrustada política económica y los apetitos voraces de empresarios, que imponen exclusión social, que ha pauperizado las condiciones de vida de las mayorías. La seguridad social, la pensión y jubilación son derechos, los defenderemos.