Reflexión en tiempo de Navidad

En medio de las fiestas decembrinas, los panameños enfrentan vicisitudes, pero se trata de un pueblo trabajador que lucha para levantar el sendero de una economía, que garantice la vida digna y decorosa para todos.

El desempleo, bajo salarios, informalidad laboral y económica, la falta de seguridad social, el hambre sume a miles de panameños en condiciones de pobreza. Mientras se ciernen las interrogantes de cuál será el impacto sobre la economía, pero sobre todo para la población marginada del país, si se eliminan la transferencia al combustible, el vale digital y el fin de los llamados “créditos modificados”. En medio del tema, encontramos la doble moral de empresarios que cuestionan los llamados “subsidios a las familias”, pero que reciben millonarias transferencias.

Los precios de los alimentos siguen una espiral creciente, al igual que el precio de otros bienes y servicios, con lo cual es prácticamente imposible para miles de panameños poder satisfacer sus necesidades materiales de vida. Ello producto de un gobierno que no ha hecho cumplir los acuerdos de la Mesa Única de Penonomé, que favorece “el quitar a los pobres para dar a los ricos”.

En materia de salud, educación, vivienda, infraestructura pública, ambiente sano, el panorama no es distinto, se impone la precariedad, producto de recortes presupuestarios que solo afectan el gasto social, producto de una política económica que carece de planificación y de sostenibilidad, que no mira el desarrollo humano.

Insistimos, a este estado de situación debe sumarse el alto endeudamiento público, las suntuarias prioridades presupuestarias, la galopante corrupción y la impunidad, que acarrean un alto costo social al mermar los recursos que deben destinarse a atender las necesidades sociales del pueblo humilde y trabajador.

Detrás de este panorama, se esconde el accionar de un gobierno que ha estado de espalda a los intereses del pueblo panameño, que gestiona el accionar público a favor de los intereses de los sectores del poder económico y que ha sido sumiso a los intereses del centro hegemónico y las multinacionales. De una partidocracia y pseudo independientes que han hecho lo mismo en sus gestiones de gobierno, cuya propuesta sigue siendo más neoliberalismo, a pesar de que los resultados de ese modelo económico han generado mayor precariedad al nivel nacional.

El papa Francisco en octubre de 2021 señaló que a “algunas personas les molesta su insistencia en temas de justicia social”, en diciembre de 2022 sectores empresariales de Panamá decían que “no es momento de hablar de desigualdad social”, justo cuando los indicadores de la OIT colocaban al país como uno de los dos países con mayor aumento de la desigualdad salarial entre 2019 y 2021, manifestando que “sino se atiende el tema del poder adquisitivo de los trabajadores, la desigualdad y pobreza aumentarán”.

La iglesia católica dice que “Jesús vino a la tierra como el Salvador expiatorio que murió para que todos pudiesen tener paz en este mundo”. Hoy el pueblo humilde y trabajador sigue luchando por esa paz, por justicia y equidad social.

Desde CONUSI expresamos que mientras exista tanta precariedad, injusticia e inequidad social, el eje conductor de nuestra política pública debe ser atender con prioridad las causas que generan estas condiciones, proyectar soluciones en el corto, mediano y largo plazo que favorezcan el desarrollo nacional y social, acabar con la corrupción e impunidad.

En medio de las fiestas de fin de año, donde miles de panameños enfrentan vicisitudes para llevar siquiera un bocado a sus hijos, reiteramos el compromiso de lucha de CONUSI. “Trabajar y luchar para levantar el sendero de una economía que garantice la vida digna y decorosa para todos los panameños”; un Panamá justo y solidario, sigue siendo la tarea. Seguiremos en la defensa del derecho a la seguridad social, el crear las condiciones para alcanzar una Asamblea Constituyente Originaria con plenos poderes para barrer con la desigualdad, las lacras sociales y la podredumbre institucional.

Entramos al 2023 con el claro convencimiento que la llama de la Esperanza se mantiene, que el camino para la vida digna es posible construirlo.

Un comentario

  1. Es una gran verdad el planteamiento de compañero Genaro en todo lo escrito y estoy muy d acuerdo solo deseo Resaltar la parte final d q la lucha del próximo año será más importante proponer la Constituyente Originaria xrq tenemos que quitar la podredumbre Neoliberal y eliminar la enorme CORRUPCIÓN de Frente Nomás sin temor alguno como dice el SUNTRACS,sin Lucha no hay Victoria ,👍👍👍

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