Por qué la corrupción importa?

En el país nos consta que entre los graves problemas que tenemos está la corrupción, y que la seguiremos teniendo mientras prevalezca la impunidad.

En el país nos consta que entre los graves problemas que tenemos está la corrupción, y que la seguiremos teniendo mientras prevalezca la impunidad. Cuando ello ocurre, las garantías del derecho desaparecen por completo. Los derechos se relativizan, haciendo desnaturalizando por completo el llamado Estado de derecho.

En décadas recientes, escándalos de corrupción en todo el país han asomado el problema más a la superficie, dando la impresión de que el fenómeno es nuevo. Esto no puede estar más alejado de la

realidad, la corrupción, ha sido implacable y omnipresente en la historia panameña, especialmente cuando se ha pretendido ignorarla.

La mesa única de Penonomé abrió un interesante debate que ha puesto al desnudo no solo los casos, sino también el carácter mafioso de los sectores empresariales.

Mientras las mayorías exigen un cese a la corrupción, pues implica la pérdida del 20% del gasto social que podría ser destinado a cubrir las necesidades insatisfechas de la población, un minúsculo grupo privilegiado utilizan la corrupción como mecanismo de ampliar sus enormes fortunas.

La corrupción ha sido institucionalizada. Es la manipulación de instituciones políticas, reglas y procedimientos en la producción de recursos y financiamiento por parte de los tomadores de decisiones del gobierno. Consiste en los actos de corrupción cometidos en los altos niveles de gobierno que distorsionan las políticas y el funcionamiento del Estado.

Sobre la corrupción en el periodo post invasión, casi no hay presos. Son millones y millones de dólares que estos políticos, verdaderos ladrones de cuello blanco, le arrebataron al pueblo, con los que se pudieron salvar vidas o resolver muchas de las necesidades que sufren los humildes, necesidades que los políticos tradicionales emplean para fomentar el clientelismo electoral. Todos los Gobiernos han sido tolerantes, por conveniencia propia, frente a la corrupción. En todos los gobiernos ha persistido la corrupción en la CSS, la evasión y el robo de los fondos de los asegurados por parte de la patronal. El centro financiero internacional y la banca local han sido mencionados por operado en favor de este entramado de lavado de dinero, de coimas y otras actividades ilícitas. No hay un banquero preso.

La corrupción es el resultado de un sistema y un modelo económico injusto que ha llevado que unos 115 ultras millonarios acaparen más de 20 mil millones de dólares en fortuna y que se caracterizan por no pagar impuestos, por evadir. Pero, además, mientras se critica las ayudas sociales a los pobres, se entregan subsidios a los ricos llamados incentivos fiscales, como a los grupos oligárquicos en turismo y a las zonas francas. A estas últimas, más de 20 mil millones en los últimos 12 años, es decir, 3 Gobiernos, casi la mitad de la deuda pública. Por ello es importante que de la Mesa Única de Penonomé surja una Comisión de la Verdad sobre la corrupción en Panamá, con todos los recursos necesarios, participación de representantes de los movimientos sociales, que profundice en la investigación, establezca el status de cada uno de los casos, determine las implicaciones económicas de ellos, exponga a los responsables y deje constancia histórica. Se deben emprender acciones legales contra los corruptos y corruptores. El Código Penal y otras leyes tipifican varios delitos y establecen multas severas, pero no se cumplen. Hablamos, por ejemplo, de los monopolios y oligopolio. Contra quienes provocan desabastecimiento de alimentos y medicinas atentando contra la salud pública. Evasores y los que se roban la plata de la CSS. Sobrecostos, incumplimiento de contratos, chantaje empresarial. Cárcel para los corruptos y corruptores y que devuelvan lo robado. Recordemos que, en su discurso de cierre de campaña en mayo de 2019, Laurentino Cortizo dijo: “se acabó una década de corrupción e incapacidad. Vamos a poner la casa en orden y se acabó el relajo”. “No tolero ni voy a tolerar ningún acto de corrupción”. Pero la realidad ha sido otra, por lo menos se registran 80 casos de corrupción. Sin embargo sus voceros en la mesa única, mucho de ellos cuestionados por sus antecedentes, dicen que es un problema de percepción.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *